Robots desde pequeña bodega prepararán su pedido del supermercado
- Centros de despacho en miniatura podrían permitir a los clientes hacer pedidos de comestibles y recogerlos en tan sólo media hora.
Boston, EE.UU. 19 julio, 2018. Su supermercado pronto podría transformarse en una bodega robotizada en miniatura. La startup Takeoff Technologies, basada en Boston está desarrollando lo que llama micro centros de despacho, y lo que define basicamente como pequeñas instalaciones de distribución de comestibles altamente automatizados que podrían estar ubicados dentro de los supermercados existentes y utilizados para preparar rápidamente los pedidos para su entrega o recogida por el cliente.
El colocarlos en tiendas existentes cerca de donde viven y compran los clientes puede hacer que el despacho de alimentos y otros productos a los consumidores sea más rápido y barato que la entrega de comestibles desde almacenes remotos, dice el CEO y cofundador de Takeoff, José Vicente Aguerrevere.
“Cuando colocamos el centro de despacho justo en el supermercado, nos encargamos de la última milla”, dice.
Takeoff, que anunció una ronda de financiamiento de US$ 12,5 millones de la Serie B en enero, planea lanzar su primer centro de despacho dentro de una tienda de comestibles aún sin revelar este octubre, usando cerca de 930 m2 de su espacio de 4.650 m2. Allí, y en otros lugares que la compañía planea lanzar, robots de la empresa de logística y automatización de almacenes Knapp transportarán los contenedores de mercancías a los empacadores humanos, quienes tomarán los productos de los contenedores, verificarán que estén en buenas condiciones y los prepararán para satisfacer los pedidos de los clientes.
Lo ideal es que el cliente pueda, con sólo media hora de anticipación, realizar un pedido y recogerlo. El proceso debería ser más eficiente que los actuales servicios existentes que envían a los preparadores de pedidos corriendo por los pasillos para recoger los artículos desde los estantes, molestando a otros compradores que se encuentran en la tienda, dice la compañía. El uso del sistema de contenedores evitará tener que optimizar los robots para que manipulen cualquier artículo concebible, incluidos los productos frágiles.
Los empleados humanos pueden tomar a mano algunos artículos voluminosos y complementos frecuentes, como cajas de agua embotellada. Y los estantes y robots se pueden implementar en una tienda en tan sólo unos meses, mientras que los almacenes tradicionales a gran escala pueden demorar años en construirse y ponerse en línea, dice el cofundador y presidente de Takeoff, Max Pedro.
“Esos grandes centros de distribución generalmente se implementan en tres años”, dice. “En cambio el nuestro estará listo en tres meses”.
La inteligencia artificial y las herramientas de ciencia de datos ayudarán a optimizar la colocación de los artículos en los contenedores, dice. Ciertos artículos tendrán que almacenarse en ciertos lugares para que se mantengan a la temperatura correcta, y algunos comestibles pueden incluso almacenarse en múltiples contenedores para que estén cerca de los artículos de acompañamiento frecuentes y estén fácilmente disponibles.
“También sabemos para cada artículo, cuándo es su fecha de vencimiento”, dice Pedro. “En realidad tenemos procesos que ejecutamos por la noche, que sacan los artículos vencidos”.
En los últimos años, la mezcla de robots y humanos en los centros de distribución se ha vuelto más frecuente, a medida que los minoristas y los operadores de bodegas buscan fusionar las habilidades humanas -recoger mercancías frágiles y de formas extrañas y comprobar si hay defectos en los artículos- con las de los robots, como transportar cajas de artículos y registrar automáticamente el trabajo que se ha realizado.
Otra compañía, CommonSense Robotics de Israel, también anunció planes para pequeños centros de distribución altamente automatizados. Los servicios en línea de entrega y recolección de comestibles como Instacart y AmazonFresh, y las próximas ofertas de compañías como Walmart y Kroger, sugieren que la industria ve a los consumidores alejarse de los pasillos de las tiendas. Las pequeñas bodegas en las tiendas podrían ayudar a acelerar esa transición, dice Aguerrevere.
“Creemos que la industria está madura para esa disrupción”, dice.