Las empresas de las tarjetas son las mejor preparadas para la era digital
- La transformación tecnológica emprendida les permite competir mejor.
EE.UU. 9 mayo, 2016. Visa pasó como una más entre las compañías que presentaron sus novedades en el Mobile World Congress 2016. Si no desentonó en uno de los mas importantes congresos de innovación es porque, según admite Fidelity International, “podría decirse que el operador de medios de pago ahora se parece más a una empresa tecnológica que a una financiera”. Sin embargo, para banco hubiese sido mucho más difícil no desafinar en un evento como el que se celebró en Barcelona, en la que Mark Zuckerberg o Bill Gates eran las estrellas que se robaban todas las miradas.
La transformación digital de Visa la siguen en paralelo algunos de sus principales competidores -sobre todo MasterCard- y está siendo impulsada por empresas dedicadas a los sistemas de pagos en Internet y nacidas ya en la era digital -especialmente PayPal-, por los gigantes que piden paso en el negocio -Apple, Google o Samsung- y por las pequeñas startups financieras conocidas como fintech -financieras y tecnológicas-.
Tanto Visa como MasterCard “están haciendo énfasis en las nuevas tecnologías de pago y el desarrollo de herramientas de análisis para los vendedores”, continúa Fidelity International en un informe reciente, que coincide con la opinión del servicio de análisis de Bloomberg: “Los operadores de tarjetas serán capaces de mantener en el futuro los desembolsos que concentran actualmente gracias a la adaptación de sus servicios a los pagos online, consiguiendo que hasta PayPal dependa de ellos”. Visa alcanza el 42% del volumen de abonos con tarjeta en el mundo, frente al 32% de China UnionPay -líder en el gigante asiático- y el 19% de MasterCard.
Las tres empresas lideran un negocio asentado. Hoy, las tarjetas consiguen ya discutir la hegemonía tradicional del efectivo como sistema de pago en las economías más desarrolladas. Principalmente, destaca el caso de Estados Unidos, donde los desembolsos con tarjeta suponen el 38,8% del total, los que se realizan en efectivo un 48%, un 9,8% son transferencias y un 7,8% cheques. En Europa, los abonos con tarjeta representan un 12,7% respecto al 66% que lo hacen los pagos en metálico. A nivel mundial, la brecha es incluso mayor: un 9,1% frente a un 85%. Eso sí, de cara al futuro, la expansión de Internet y de los smartphones están propiciando una vuelta de tuerca más a esta fotografía en transición.
“La creciente proliferación de los pagos a través de Internet y, sobre todo, del teléfono móvil está cambiando la fisonomía de la industria del sector en todo el mundo”, concluyen PwC y el IE Business School en el estudio Los medios pago, un paisaje en movimiento, en el que explican que “el actual statu quo, en el cual los bancos tienen una posición dominante, está amenazado por la aparición de nuevos y potentes competidores que están llamando a la puerta, o la han derribado ya”.
Esta tendencia se sostiene sobre la insatisfacción surgida entre los consumidores tras el estallido de la crisis financiera mundial. Según una encuesta a jóvenes estadounidenses entre 18 y 35 años -realizada por Fidelity International-, “el 71% señaló que preferían ir al dentista antes que escuchar a su banco”, mientras que cuatro bancos estadounidenses aparecen entre las 10 marcas menos valoradas. “La reciente crisis vivida por el sector financiero a nivel mundial ha facilitado el caldo de cultivo para que las grandes compañías tecnológicas de Internet y las nuevas fintech puedan convertirse en competidores directos de la banca, creando nuevas reglas de juego”, comparte el departamento de investigación del IEB en otro informe.
La batalla es nueva y en ella, “las fronteras de los negocios son difusas”, recalcan PwC y el IE Business School. “Estamos en el principio de la ‘era de la banca digital’, una época marcada por la democratización de la tecnología y el cambio de comportamiento de los consumidores, la cual requiere de una profunda transformación de los bancos tradicionales para adaptarse al nuevo panorama competitivo que se está redefiniendo”, contemplan desde el IEB.
Mejores perspectivas
La mejor adaptación de las operadoras de medios de pagos al universo digital y su menor relación con la crisis favorece que el crecimiento que se espera para sus ganancias en los próximos años sea mayor respecto al sector bancario. Mientras el consenso de mercado estima que Visa hará crecer su ganancia neta un 21% entre 2015 y 2017, MasterCard un 16% y PayPal un 41%; los 10 bancos más grandes del mundo, entre los que se encuentran los todopoderosos Wells Fargo, Citigroup, JP Morgan o HSBC, lo harán, en promedio, un 5%.
El consenso de empresas de inversión reconoce la ventaja de las empresas de sistemas de pago dentro del conjunto de las entidades financieras también con las sólidas recomendaciones de compra que recaen tanto sobre Visa -el 80% de los analistas que la siguen aconseja adquirir sus acciones-, sobre MasterCard -78%- y, también, sobre PayPal -61%-. Entre los 20 grandes bancos, sólo siete reciben la recomendación de compra.
Los ingresos de Visa o MasterCard “están vinculados a la emisión de tarjetas y al procesamiento de las transacciones de pago”, recoge el estudio. Los medios pago, un paisaje en movimiento, en el que se remarca que “las propias compañías son las encargadas de establecer y hacer cumplir un código de funcionamiento del mercado de las tarjetas, lo cual les otorga mucha influencia sobre el sistema global”.
Esta influencia no evita que, según continúa el informe, Visa o MasterCard sean “vulnerables a las innovaciones basadas en canales alternativos, que atacan directamente su fuente de ingresos”, pero, de momento, “la mayor parte de los nuevos medios de pago, incluso PayPal, siguen apoyándose en el uso de las tarjetas, que sirven de cobertura para transacciones de comercio electrónico y operaciones con dispositivos móviles”.
Comodidad y seguridad
PayPal se presenta como el más antiguo entre los nuevos medios y se ha convertido en un referente de la industria. “Gran parte de su éxito radica en su sencillez de uso”, consideran PwC y el IE Business School, ya que “para pagar una compra basta con un correo electrónico y una contraseña”.
Todo es muy fácil y aparentemente seguro gracias a un avanzado sistema de encriptación automática, lo que propicia que “uno de cada seis dólares gastados en Internet se paga con PayPal”, según recoge el estudio del IEB. Eso sí, pese a ser una nativa digital su modelo de negocio, al igual que los bancos tradicionales en este tipo de actividades, “se basa en el cobro de comisiones por las operaciones que realiza”.
Las últimas en llegar al negocio pero con grandes expectativas son los principales gigantes tecnológicos: Apple, Goolge o Samsung y sus respectivas aplicaciones para pagar desde los teléfonos móviles (Apple Pay, Android Pay y Samsung Pay); y también Facebook y Amazon. A favor de estos actores juegan datos como que los consumidores creen que sus smartphones sustituirán a las billeteras a mediano plazo, según las conclusiones de una encuesta de PwC, o que el prestigio que precede a compañías como Apple o Goolge, debería eliminar la barrera de la desconfianza.
Existen otros actores que han logrado pequeñas revoluciones. Como M-Pesa, un sistema de pago a través del móvil impulsado por Vodafone y dirigido a clientela no bancarizada que tiene gran éxito en Kenia. 18 millones de keniatas, dos tercios de la población, utiliza este servicio.