La movilidad como servicio será un negocio clave en el crecimiento y rentabilidad del mercado automotriz
Santiago, Chile. 23 mayo, 2018. Según un nuevo estudio de Accenture, la “economía del pasajero” será una fuente de ingreso que sobrepasará con creces las ganancias derivadas de la fabricación y venta tradicional de automóviles. Impulsada por los avances tecnológicos de los vehículos autónomos, la industria global espera cambios rotundos en su cadena de valor para la próxima década.
Los nuevos servicios de movilidad están cambiando la composición de la industria automotriz alrededor del mundo. Y por movilidad, nos referimos a las plataformas digitales que posibilitan los servicios para compartir un auto o pedir un Uber en la ciudad, entre otros.
Por increíble que parezca, este tipo de servicio está redefiniendo las proyecciones económicas de la industria en la próxima década, al tiempo que abre nuevas oportunidades para las empresas que fabrican productos originales para las principales marcas del rubro (Original Equipment Manufacturers, OEMs).
Un nuevo estudio de Accenture afirma que la movilidad como servicio será un negocio clave en el crecimiento y rentabilidad del mercado automotor del futuro, superando por lejos las ganancias que pueden dejar la fabricación tradicional de autos. De acuerdo con la investigación, los ingresos derivados de la fabricación y venta de vehículos tendrán un aumento marginal respecto a los números actuales y experimentarán una reducción en las utilidades por concepto de ventas de US$ 151.000 millones a US$ 146.000 millones aproximadamente hacia 2030.
“En contraste a este escenario, se proyecta que las utilidades generadas por los servicios de movilidad en los principales mercados del mundo alcancen alrededor de US$ 264.000 millones de aquí al año 2030, impulsado por el perfeccionamiento constante de las tecnologías que posibilitan los vehículos autónomos”, destaca Miguel Pochat, director ejecutivo de retail, consumo masivo y automotive de Accenture Chile.
En la denominada “economía del pasajero”, los fabricantes de productos originales de automóviles corren con ventaja para aprovechar las oportunidades de los nuevos desafíos. Por un lado, tienen la experiencia en sus hombros de producir autos a gran escala, lo que los establece en una posición privilegiada para dominar la manufacturación de automóviles autónomos y, por consiguiente, la movilidad como un servicio de acceso masivo. Además, todavía son el intermediario principal entre productos y servicios, y hardware y software en la industria, respaldada por una poderosa red de distribución de sus productos y marcas.
Sin embargo, los disruptivos modelos de negocios de ayer, como Uber, ahora enfrentan una gran competencia de otras compañías. Con esto en mente, el estudio de Accenture afirma que los fabricantes tendrán que repensar sus estrategias, cadena de valor y modelos de negocios para triunfar en una industria en la cual todos quieren ser parte. Otra necesidad valiosa es hacer alianzas con otros actores del mercado, como proveedores digitales, startups e incluso grandes corporaciones que pongan a su disposición capacidades altamente especializadas, como su expertise en IA (Inteligencia Artificial) o las tecnologías de seguridad.
“Este tipo de asociaciones será probablemente la única manera para escalar las plataformas y ofrecer los servicios de movilidad al ritmo que los consumidores lo están demandando. La movilidad y los mercados digitales necesitan trabajar de la manera más abierta posible para poner al usuario al centro de la experiencia. Y para esto, deben asociarse con otros actores del mercado, con el fin llevar las plataformas y el ecosistema del futuro al siguiente nivel”, complementa Pochat.
Por último, si analizamos la cadena de valor de la industria automotriz, podemos constatar que las fuentes de ingresos actuales se reparten entre la venta de vehículos nuevos y servicios de postventa. Sin embargo, las estimaciones establecen que en la economía digital se agregarán las ganancias derivadas de los servicios de movilidad por demanda. Pero, si hablamos de la “economía del pasajero”, la cadena de valor simplemente se invertirá hacia el año 2030, dejando a los servicios de transporte compartido y movilidad en el primer lugar para toda la industria.
“La economía del pasajero ha llegado para quedarse y los primeros actores que inviertan en nuevas estrategias y modelos de negocios estarán un paso adelante en la carrera para captar este rentable mercado. Nuestra meta es mejorar cómo el mundo vive y trabaja, y la movilidad es parte fundamental de este cambio de paradigma”, concluye Miguel Pochat.