Huawei tiene listo su propio sistema operativo móvil
- EE.UU. depende en un 80% de las importaciones de minerales raros desde China.
- Las empresas norteamericanas generan US$ 343.000 millones en China.
EE.UU. 22 mayo, 2019. La guerra comercial entre EE.UU. y China sigue escalando. Después de las declaraciones oficiales tanto de Android como de Google sobre la prohibición del gobierno de Estados Unidos contra Huawei y cómo ésta afectará a los actuales propietarios de teléfonos inteligentes de Huawei, la compañía china de telecomunicaciones y dispositivos de consumo emitió una declaración a la prensa.
A la vez que indica aclaraciones y garantías, también alude a los planes de Huawei para el sistema operativo que incluirá en dispositivos futuros como el Mate 30 Pro.
La declaración dice: «Huawei ha hecho contribuciones sustanciales al desarrollo y crecimiento de Android en todo el mundo. Como uno de los principales socios mundiales de Android, hemos trabajado estrechamente con su plataforma de código abierto para desarrollar un ecosistema que ha beneficiado tanto a los usuarios como a la industria.
Huawei continuará proporcionando actualizaciones de seguridad y servicios post-venta a todos los productos existentes de Huawei y Honor para teléfonos inteligentes y tablets, cubriendo aquellos que han sido vendidos y que aún se encuentran en stock a nivel mundial.
Continuaremos construyendo un ecosistema de software seguro y sostenible, con el fin de proporcionar la mejor experiencia para todos los usuarios a nivel mundial».
Seguro y sostenible
Las declaraciones combinadas de Android, Google y Huawei ofrecen garantías claras a los usuarios existentes de teléfonos inteligentes y tablets de Huawei y Honor. Efectivamente, todos los dispositivos existentes en el mercado seguirán funcionando normalmente. Son los dispositivos futuros de Huawei los que están en peligro.
Hace menos de una semana, el CEO de Huawei Consumer Business Group, Yu Chengdong, dijo: «Hemos preparado nuestro propio sistema operativo. Si resulta que ya no podremos usar estos sistemas, estaremos listos y tendremos nuestro plan B». Yu se refiere tanto a Android como a Windows, ya que la prohibición afectará también a la capacidad de Huawei de adquirir futuras licencias OEM de Microsoft.
La última línea en la declaración de Huawei es importante: «un ecosistema de software seguro y sostenible». Aunque desprovista de detalles, suena como una confirmación de que los próximos dispositivos móviles de Huawei se comercializarán con un sistema operativo desarrollado internamente, que probablemente se base a partir del proyecto Android Open Source. Huawei también habría desarrollado una distribución de Linux personalizada para sus futuros portátiles.
Será sostenible, por supuesto, para que ningún gobierno u otra entidad pueda frenar su desarrollo.
El sistema operativo alternativo debería tener un aspecto similar a la interfaz de usuario personalizada de EMUI para Android, pero sin las aplicaciones propietarias cruciales como Gmail y Google Play que la mayoría de los usuarios esperan de un dispositivo Android.
¿La falta de aplicaciones propietarias de Google le disuadirá de comprar un futuro dispositivo Huawei? Lo más probable que la respuesta a esta pregunta sea un fuerte: Sí!
EE.UU. depende en un 80% de las importaciones de minerales raros desde China
Beijing podría golpear cada rincón de la economía estadounidense, desde refinerías de petróleo hasta turbinas eólicas y motores a reacción, al prohibir la exportación de minerales raros.
Al realizar una reciente visita a una fábrica donde se procesan minerales raros, el presidente chino Xi Jinping envió un potente mensaje, ya que China podría potencialmente cortar el suministro de minerales raros necesarios para grandes sectores de la economía estadounidense.
Las refinerías de petróleo de EE.UU. dependen de las importaciones de minerales raros como catalizadores para convertir el petróleo crudo en gasolina y combustible para aviones. Los imanes permanentes, que utilizan cuatro elementos diferentes de minerales raros en distintos grados, aparecen en todo, incluidos los smartphones, los auriculares, las turbinas eólicas y los autos eléctricos. Y China domina su producción.
Esas preocupaciones se hicieron mucho más tangibles cuando Xi, acompañado por su hombre clave en las conversaciones comerciales con Estados Unidos, pidió una nueva «Marcha Larga», una referencia a una de las epopeyas fundadoras del Partido Comunista Chino, en su guerra económica con Estados Unidos.
Esta no sería la primera vez que China ha utilizado su posición dominante en minerales raros como amenaza geopolítica. En 2010, China limitó drásticamente las exportaciones de minerales raros a Japón, un gran consumidor, mientras que los dos países se peleaban por las islas en disputa. El embargo obtuvo algunas victorias a corto plazo para China, pero también llevó a otros países a reevaluar y reducir su dependencia de los materiales raros que Beijing controla.
Los minerales raros son denominados de esta forma no porque sean extraños o difíciles de encontrar. Al contrario se encuentran en varios lugares del mundo. Su denominación se debe a que son difíciles y caros de procesar.
Además las redes sociales chinas explotaron con la viralización de un vídeo que llama abiertamente a la confrontación con EE.UU. Las estrofas que se repiten en la canción son:
- Guerra comercial! Guerra Comercial! No tenemos miedo de este gran desafío!
- Una guerra comercial se está dando en el Océano Pacífico!
- Si el perpetrador quiere pelear, le daremos un susto de muerte.
La mera amenaza de que China cierre el suministro de minerales raros pone de manifiesto una vulnerabilidad que preocupa cada vez más a los analistas y a los responsables políticos de Washington, Beijing y otras capitales. Las cadenas de suministro a nivel mundial ofrecen flexibilidad y menores costos para los consumidores de una amplia gama de productos. Al mismo tiempo, la posición central del dólar estadounidense y del sistema financiero estadounidense ha racionalizado el comercio e impulsado el crecimiento. Pero en momentos de tensión geopolítica, esas mismas eficiencias pueden convertirse repentinamente en vulnerabilidades mortales para todos los países.
En los últimos 20 años, Estados Unidos ha utilizado su dominio del sistema financiero mundial para castigar a sus adversarios impidiéndoles realizar transacciones con bancos estadounidenses, incluso si eso significa intimidar a sus aliados en el proceso. Ahora, con la prohibición de que las empresas estadounidenses hagan negocios con Huawei y otras empresas chinas, Washington está probando si puede utilizar la tecnología estadounidense crítica que utilizan las empresas de todo el mundo de manera similar.
La globalización ha creado redes económicas mundiales de centros de ingeniería, fabricantes y proveedores, y los países están examinando estas redes para encontrar sus puntos débiles y explotarlos para obtener beneficios geoestratégicos.
La acción de Washington contra Huawei marca «la apertura de una nueva y mucho más dramática etapa» en el uso de estas herramientas como parte de un conflicto que se ha estado gestando entre China y Estados Unidos durante décadas, dijo Henry Farrell, un cientista político de la Universidad George Washington.
Pero ya sea que se trate de amenazas chinas de retener materias primas críticas o de prohibiciones estadounidenses a las exportaciones de tecnología, la estrategia está llena de incertidumbre y riesgos. Huawei gasta aproximadamente US$ 11.000 millones al año en productos de empresas estadounidenses, y no está claro si la administración Trump seguirá comprometida con una política con graves repercusiones para las principales empresas estadounidenses, como Qualcomm, Broadcom y Google. Esa es una de las razones por las que Estados Unidos ha permitido un plazo de 90 días para que las empresas estadounidenses se ajusten a las nuevas reglas, un plazo que puede ampliarse.
Pero así como las medidas de Estados Unidos, destinadas a castigar a China, podrían perjudicar a las empresas estadounidenses, también podrían acelerar las mismas políticas chinas que la administración Trump ha intentado descarrilar. China tiene planes de alto perfil para aumentar la fabricación nacional de semiconductores y de alta tecnología, y es probable que el conflicto con Huawei acelere esos planes, con la posibilidad de erosionar más rápidamente el dominio de Estados Unidos en el mercado mundial de chips.
Las empresas norteamericanas generaron US$ 343.000 millones en 2016 en China
No podemos negar que existe un enorme déficit en la balanza comercial entre EE.UU. y China. El déficit comercial de EE.UU. fue de US$ 376.000 millones el año 2017 porque las exportaciones de EE.UU. a China fueron de sólo US$ 130.000 millones, mientras que las importaciones procedentes de China fueron US$ 506.000 millones.
Sin embargo, cuando la administración Trump habla de ese déficit con China pocas veces menciona las enormes sumas que generan anualmente las empresas norteamericanas dentro de China, como McDonald’s, Starbucks, Apple, Nike, GM por mencionar algunas. Daniel Ikenson director del Cato Institute, estima que en el año 2016 las empresas norteamericanas vendieron dentro de China US$ 343.000 millones, comparados con los US$ 35.000 millones que vendieron las empresas chinas dentro de EE.UU.
Si comparamos las cifras a nivel mundial, vemos claramente que los EE.UU. prefiere vender dentro de los mercados en vez de exportar desde EE.UU. El año pasado el total de las exportaciones de EE.UU. fueron US$ 2,5 billones vs. los US$ 5,7 billones que vendieron las empresas estadounidenses en el exterior.