Francisco Mardones: “Buscamos mejorar la productividad nacional y fortalecer la industria tecnológica en Chile”
Santiago, Chile. 7 marzo, 2017. El nuevo presidente del Programa Transforma Industrias Inteligentes de la Corporación de Fomento de la Producción, CORFO, señaló que el desafío de la digitalización a nivel global, nos plantea como país nuevos escenarios. “La productividad y competitividad serán fundamentales para el crecimiento e inclusión y las tecnologías digitales jugaran un rol estratégico”.
¿Cómo cree usted que el programa estratégico de industrias inteligentes, se podría convertir en una oportunidad para dar un impulso al desarrollo del país?
El programa estratégico de industrias inteligentes de CORFO, tiene dos objetivos fundamentales, el primero tiene que ver con mejorar la productividad de las industrias consolidadas de Chile mediante la digitalización y segundo; fortalecer a la industria tecnológica local.
En esta primera etapa se trabajara en cinco verticales: minería, agricultura, ciudades inteligentes, salud y astronomía. En esta última, lo que se busca, es encontrar un modelo de sustentabilidad que permita desarrollar la astro-informática -desde la oportunidad en astronomía que hoy posee el país- y así transferir capacidades a otros sectores productivos.
¿Qué tipo de colaboración público-privado debiese prevalecer para liderar iniciativas tecnológicas eficientes y efectivas?
Primero debemos señalar que existe una gran asimetría entre las empresas que pertenecen a las industrias consolidadas y las empresas de tecnología, que en su gran mayoría son pequeñas y medianas.
Ante el desafío de la digitalización, tenemos la misión, por una parte, de bajar las barreras de entrada mediante plataformas de interoperabilidad abiertas, implementación de estándares y generación de capacidades. Pero también, la gran industria, las empresas y centros de tecnología, deben encontrar iniciativas de colaboración y desarrollo conjunto, que cuenten con un fuerte apoyo del sector público en instrumentos de fomento como; la ley I+D y los programas CORFO de prototipos, empaquetamiento y bienes públicos, entre otros.
¿De qué forma el programa de industrias inteligentes intervendrá para facilitar el acceso a la información en el tiempo y forma?
La primera parte de nuestra hoja de ruta en el programa de industrias inteligentes, es la creación de centros y estándares que faciliten la incorporación de tecnología en los sectores industriales consolidados, como por ejemplo: un centro de certificación de tecnología para la salud.
Hoy, para cualquier empresa pequeña o emergente es difícil poder vender una solución en este sector si no cuentan con las redes adecuadas, por lo que este centro será una fuente de información y facilitador del acceso.
También está el desarrollo de una plataforma de interoperabilidad minera y un piloto de luminarias inteligentes que permitan desarrollar un “tejido digital” en las ciudades. La otra mitad del esfuerzo es contar con empresas y centros tecnológicos que usen estas facilidades y desarrollen tecnología para estos sectores. Al encontrar un proceso eficiente, tendremos una metodología para fomentar la digitalización en otros sectores.
¿Qué acciones concretas está realizando el programa para fomentar la cultura de colaboración?
Nosotros estamos articulando a diferentes actores. La industria tecnológica nacional, por temas de tamaño, no está mapeada en cuanto a capacidades. Estamos partiendo en eso, pero nos interesa seguir difundiendo en incubadoras, aceleradoras y gremios, con el objetivo de contribuir a la articulación de soluciones conjuntas que se puedan empaquetar y exportar.
A su juicio, ¿Qué nuevos componentes debiesen incorporar los modelos de negocios de las industrias priorizadas para responder a la llamada cuarta revolución industrial?
Por una parte, los sectores industriales no solamente deben tener la idea de comprar tecnología, sino que también pueden co-desarrollarla y fomentar la creación de spin offs.
Si bien es valioso desarrollar tecnología para desarrollar soluciones específicas, en lo posible se debe buscar la replicabilidad mediante empaquetamiento, de manera que beneficie también a otros sectores industriales y en otros mercados. Hay muchas soluciones interesante pero que no despegan en otros mercados porque no son parte del core business de quien la requirió.
El modelo de creación de spin-offs también se debe fomentar desde el lado universitario, donde no solo se patente o registre una tecnología sino que también esa patente se “trabaje” mediante la creación de nuevas empresas, resguardando el interés económico de la universidad. Algunas universidades ya lo hacen, pero creo que necesitamos más actores en un rol activo de creación de industria tecnológica.
En esta línea y en función de la hoja de ruta elaborada para el programa de industrias inteligentes, ¿En qué materias específicas de I+D, CORFO pondrá los acentos en el mediano y largo plazo?
Respecto del I+D, lo que necesitamos potenciar es el crecimiento de empresas que tengan la investigación y el desarrollo como parte esencial de su negocio, aumentando así la intensidad de I+D del sector privado.
Los sectores que más invierten en I+D a nivel OCDE, son el sector farmacéutico en primer lugar (14%), y luego el sector software y computación (10%) y que en Chile es aún muy pequeño.
Uno de los indicadores en que debiera verse reflejado el éxito de este programa es en un aumento de la inversión privada en I+D en los sectores priorizados.
¿Cómo el programa se ha alineado con el MINEDUC, SENCE, Chile Valora, CFT, IP, universidades, para abordar este tema y trabajo conjunto?
Hay distintas iniciativas ocurriendo de manera coordinada. En el corto plazo, los gremios de tecnología como Chile Tec, ACTI y AIE están focalizados en desarrollo de capital humano, por lo que ya hay perfiles TI certificados en Chile Valora bajo modelo SFIA, impulsado fuertemente por ACTI. Así también, CORFO desarrolló con el apoyo de Fundación Kodea y DUOC, un piloto de reconversión de capital humano hacia la programación, donde se capacitó a cerca de 80 mujeres con formación diferente al software en un plazo de 4 meses.
Dado el éxito, estamos trabajando para tener una nueva versión del programa que apunte a un mayor número de personas y con alcance regional. También se ha desarrollado capacitación en desarrollo web con Laboratoria.
En el mediano-largo plazo, se está trabajando con MINEDUC la incorporación del pensamiento computacional en la educación básica y media, así como en el desarrollo de un programa de formación para liceos técnicos-profesionales. Hoy apenas contamos con cuatro liceos TP a nivel nacional que forman programadores, habiendo una gran demanda de capital humano en la industria TI.
Finalmente, estamos coordinando con otros organismos del Estado para facilitar el ingreso de talento TIC desde otros países y potenciar las exportaciones de nuestra industria tecnológica.
Chile debe posicionarse como líder tecnológico con alcance global, por lo que se requerirá más capital humano avanzado/calificado del que podemos generar hoy, así como desarrollar redes internacionales que nos permita exportar más tecnología y conocimiento.