Apple dejará de usar procesadores Intel a partir de 2020
- Apple tomó está decisión porque Intel no va a ninguna parte.
- El proyecto es conocido como Kalamata y permitirá a Apple optimizar la batería del Mac y la ejecución de apps universales entre iOS y macOS.
Cupertino, EE.UU. 3 abril, 2018. Apple diseñará los procesadores que usarán sus computadores Mac a partir de 2020, rompiendo la relación que sostiene actualmente con Intel, el fabricante de los chips que usan ahora las computadores de la manzana.
El proyecto, conocido como Kalamata, está en fase inicial de desarrollo.
Kalamata es parte del plan de Apple para hacer que iPhone, iPad y Mac funcionen de una forma similar y en conjunto, proyecto al que los altos ejecutivos de la empresa ya dieron luz verde.
El proyecto representa una transición de varios pasos, por lo que no habrá cambios bruscos en los nuevos modelos. El precio de las acciones de Intel cayó un 9,2% tras darse a conocer la noticia.
La idea de este cambio a procesadores diseñados en casa se viene escuchando desde el año pasado, cuando se informó que Apple ya probaba un procesador con arquitectura ARM en 2016. Las razones para el cambio, según analistas, más allá de mejorar la integración de los productos de la manzana, es porque Apple quiere evitar la dependencia de Intel y Qualcomm, además de que según Apple, Intel se estancó en desarrollo de nuevos chips.
Al tener más control sobre las actualizaciones en los procesadores, Apple podría lanzar nuevos computadores a placer, en lugar de regirse por cada nueva iteración de procesadores de Intel. Asimismo, la compañía de Cupertino optaría por procesadores propios para optimizar el desempeño de los Macs con aplicaciones universales. Se dice que iOS 12, como se conoce a la siguiente versión del sistema operativo para el iPhone y iPad, podrá ejecutar aplicaciones diseñadas para macOS.
Apple ha ido ganando experiencia en diseño y fabricación de chips propios. Procesadores como el A11 Bionic, del iPhone 8 y iPhone X, son diseñados por la empresa; el W1, presente en los audífonos AirPods, es otro ejemplo del diseño propio de procesadores. Los chips T1 y T2 del MacBook Pro y en el iMac Pro, respectivamente, también son diseñados por Apple.
Apple utiliza procesadores Intel desde hace más de 10 años, cuando en 2005 anunció el abandono de los procesadores PowerPC que, curiosamente, eran diseñados por la empresa de Steve Jobs.
El estancamiento de Intel
Si asistimos a cualquier evento tecnológico importante encontraremos que Intel anuncia o reanuncia procesadores ligeramente mejorados. Ya sea que estemos en la IFA en Berlín, CES en Las Vegas o Computex en Taipei, el discurso es siempre el mismo: el futuro es inalámbrico, la duración de la batería es importante para todo el mundo, y hay muchas personas con PCs de cinco años de antigüedad que podrían notar una diferencia si compran un nuevo equipo con tecnología Intel. Todo son incrementos dolorosos y fuera de sincronía con el ritmo que Apple le impone a sus productos. Apple nos dará, a lo sumo, dos años con un iPhone antes de tentarnos a actualizar, mientras que Intel está tratando de convencer a la gente con PCs que tienen media década de antigüedad para que hagan lo mismo.
En el pasado, Intel podía confiar en los cambios de la microarquitectura en un año y la contracción del proceso de producción en otro año para mantener su impulso de mejora. Pero la ley Moore terminó en 2015. Intel se está acercando a los límites de lo que es posible lograr con el silicio, y aún no se sabe cual será su próximo paso. El siguiente gráfico, compilado por AnandTech, ilustra bien la difícil situación de Intel. Observe cuánto tiempo ha durado el nodo de proceso de 14 nm, los signos de interrogación junto a la ventana de lanzamiento de los chips de 10 nm y la ausencia casi total de una hoja de ruta futura. En años anteriores, los ambiciosos planes de Intel se conocerían con mucha anticipación. Y sin las ganancias de eficiencia energética que se derivan de la creación de chips más pequeños, Intel no puede competir con los procesadores ARM diseñados pensando primero en la eficiencia.