Un sistema tributario para Chile
Santiago, Chile. 21 junio, 2019. Chile, y especialmente sus emprendedores, se merecen un mejor sistema tributario. El actual no quedó bien hecho y, si bien se espera que con las discusiones en el Congreso, se le hagan mejoras, cabe ser majadero en aquellos dolores que para PYME y los más chicos, son importantes de subsanar.
Primero, el actual sistema tributario discrimina capital y trabajo. Al ser semi integrado resulta injusto: los socios de las empresas terminan pagando más impuestos que en el caso de que fueran empleados en una compañía. Existen emprendedores que viven de la renta de sus empresas, y que a pesar de estar en el tramo exento (por ganar menos de $ 652.766 mensuales), pasaron de pagar 0% a pagar 9,45%, misma tasa que le corresponde cancelar a un empleado que gana más de cinco veces el ingreso del emprendedor.
Es así, como el régimen semi integrado, resultó ser desincentivo al emprendimiento.
Segundo, no fomenta la inversión. En el segmento PYME – cuya mayoría está en el sistema atribuido- considera renta para sus socios, el total de sus utilidades, hayan sido o no distribuidas. Esto desincentiva la re inversión y provoca que muchos emprendedores deban endeudarse para pagar impuestos por dineros que nunca retiraron.
Tercero, es discriminatorio. Los cortes para definir las obligaciones tributarias de las empresas son hechos en base a ventas, a pesar de que éstas no guarden relación directa con sus utilidades. Junto con esto, el monto mismo, también es discrecional, desconociendo que la realidad de una PYME de UF 50.000 no es distinta a la que vende UF 51 mil o más.
Cuarto, discrimina por tipo de sociedad. Esto, porque en el segmento PYME, al ser éste un régimen atribuido (es integrado, pero funciona bajo atribución) admite solo algunas estructuras societarias dentro de sí. De hecho, ésta es una de las principales causas – junto con la traba que obliga a pagar el FUT; y su condición de permanencia mínima de 5 años- de por qué el 97% de PYMEs que el Gobierno anterior esperaba que ingresaran al régimen 14 Ter, resultó más cercano al 28%.
Por último, no basta con tener un sistema tributario favorable para empresas chicas. No nos olvidemos que la mayoría de los emprendedores y PYMEs sueñan algún día con ser grandes.
Es increíble que en el año 2019 todavía tengamos un sistema tributario que castiga la inversión, que le hace zancadillas a quienes arriesgan estabilidad laboral y capital propio para emprender; y que castiga el tamaño pequeño de una empresa que quiere crecer. Chile necesita un sistema tributario que favorezca la inversión y que nos devuelva la satisfacción de sentir que crecemos como país. Pero por sobre todo, necesita un marco que propicie el “hacer empresa”. Este será el único seguro que nos otorgará un tejido empresarial flexible, con opciones laborales que amortigüen los desafíos del mañana.