Trump: Vamos a hacer que Apple fabrique sus malditos computadores en EE.UU.
EE.UU. 19 enero, 2016. Donald Trump, magnate inmobiliario y aspirante republicano a convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos, prometió devolver a EE.UU. el poderío industrial que una vez tuvo.
Cuando Trump llegue a la presidencia de EE.UU. — como promete él mismo que lo hará — la atención se centrará en hacer que Estados Unidos sea “grande otra vez”.
“Queremos ganar, ganar, ganar”, dijo el candidato republicano durante un discurso ayer en la Universidad Liberty en Virginia.
Esto incluirá un largo e impenetrable muro en la frontera, un montón de expulsiones y deportaciones, y enormes aranceles sobre los productos que vienen de, por ejemplo, China.
Pero, ¿qué puede significar esto para las fabricantes de gadgets?
Esta vez, su blanco ha sido la mayor empresa del mundo, Apple, a quien el empresario critica por no centralizar su producción en Estados Unidos. Trump dijo: “Vamos a hacer que Apple fabrique sus malditos computadores y sus cosas en este país en lugar de otros países”.
El empresario y político no dio, sin embargo, detalles de cómo va convencer a Tim Cook, CEO de Apple, de seguir sus planes. El gigante tecnológico concentra la mayor parte de su producción en China.
Antes de iniciar su etapa como político, el empresario ya tenía a Apple entre sus objetivos. A través de Facebook, Trump dijo en 2013: “Tengo muchas acciones de Apple y echo de menos a Steve Jobs. Tim Cook debería aumentar inmediatamente el tamaño de la pantalla del iPhone”.
Trump sigue liderando las encuestas como candidato de los republicanos a sustituir a Barack Obama en la Casa Blanca en 2017. Las elecciones para escoger al 58° presidente de los EE.UU. serán el martes 8 de noviembre de 2016.
Actualmente, Apple sólo fabrica su Mac Pro en EE.UU. (específicamente en Austin, Texas). En su sitio Web sobre creación de puestos de trabajo, Apple insiste en que, a fines de 2015, ya era responsable de la creación y el apoyo de 1.9 millones de empleos en Estados Unidos. También afirma que “treinta y uno de los 50 estados proporcionan piezas, materiales o equipo para fabricar los productos de Apple”.
Trump también dijo que hablaría con el presidente ejecutivo de Ford, Mark Fields, diciéndole que le cobraría un impuesto especial del 35% si continuaba la producción de autos en países como México. Presumiblemente, Apple también estaría sujeto a una sanción tan draconiana.
Trump también dijo que ser un amante del libre comercio. Sin embargo, no parece creer que las empresas estadounidenses tienen la libertad de fabricar donde quieran. “El libre comercio es bueno. Pero tenemos que hacerlo [obligarlos a que fabriquen de vuelta en EE.UU.] o nos vamos a quedar sin país”, dijo, sin dramatismo.
Algunos podrían creer que, si gana las elecciones, Trump será una especie de Berlusconi –que no terminó por hacer de Italia un gran nuevo país. Otros podrían alegar que dice muchas cosas verdaderas acerca de la forma en que funciona el gobierno (o no funciona) en la actualidad.
Lo que es interesante es que Trump parece estar pensando diferente. En 2012, estaba promoviendo su su libro Crippled America (algo así como EE.UU. lisiada) y luego dijo que lamentaba la presencia de Apple en China. Trump dijo:. “Tenemos que traer a Apple – y a otras compañías como Apple – de vuelta a Estados Unidos. Tenemos que hacerlo y ése es uno de mis sueños reales para este país … que regresen.. Tenemos una gran capacidad en este país”.
Quizás lo que habría que buscar sería un punto intermedio, entre lo que hacen países como Brasil que cierran sus fronteras a productos/servicios extranjeros para proteger su industria local, y Chile que abre demasiado sus fronteras destruyendo su industria local.