Niños y jóvenes asiáticos disparan las ventas por Internet
- China superó a Estados Unidos como el país con el gasto más alto de compras por Internet y representa el 40% del comercio electrónico global.
Singapur. 15 noviembre, 2017. Asia está impulsando el enorme crecimiento de las ventas por Internet, con los jóvenes en particular al frente de esta tendencia.
Pero ¿por qué les entusiasma tanto esta actividad y en qué están gastando su dinero?
En la Escuela Primaria del Almirantazgo, en el barrio de Woodlands, en Singapur, un grupo de estudiantes acaba de unirse al mundo del comercio electrónico junto a otros 28 colegios. El objetivo es que todos los estudiantes de 190 escuelas primarias tengan este dispositivo en los próximos dos años.
“Ahora no necesito preocuparme por perder mi billetera”, dice Bosco Wong, un estudiante de 10 años que lleva un nuevo reloj de pulsera para realizar compras mientras está en la escuela.
El dispositivo, llamado Smart Buddy, está patrocinado por el Banco de Singapur (POSB) y todos en el colegio acaban de recibir uno. El reloj también funciona como un rastreador de actividad física que puede monitorear los pasos diarios de los estudiantes, la distancia recorrida y las calorías quemadas.
Los padres pueden vincular su cuenta con una aplicación móvil de acompañamiento y establecer un límite de asignación diaria. También pueden enviar a su hijo dinero de emergencia y controlar sus gastos, ahorros, hábitos alimenticios y niveles de actividad. Si el niño pierde su reloj, los padres pueden deshabilitar los dispositivos de forma remota.
Si bien la mayoría de los padres estuvieron de acuerdo en que es bueno darles a sus hijos una ventaja al aprender a utilizar métodos de pago sin efectivo, tenían reservas sobre que los escolares más pequeños no reciban efectivo.
La dueña de casa Nurhudalfian Ana, cuyos tres hijos de entre 7 y 10 años tienen el reloj inteligente, sintió que su hijo menor “debería aprender a usar y contar dinero físico primero, y no solo tocar para pagar”.
“Aunque pueden ver cuánto balance tienen, esto puede significar que les será difícil manejar el dinero físico”, agregó Nurhudalfian, que tiene más de 30 años.
Esto forma parte de una campaña en Singapur para crear una sociedad sin dinero en efectivo y el ministro de Educación, Ong Ye Kung, presentó el sistema en la escuela.
Asia, y sus jóvenes generaciones en particular, utilizan las compras en Internet y los pagos digitales con extraordinario entusiasmo.
Y ya que la ONU calcula que hay 720 millones de personas de entre 15 y 24 años que viven en esa región, una cifra enorme comparada con los 47 millones que viven en América del Norte y los 82 millones de Europa, no sorprende que Asia esté al frente de la explosión del comercio electrónico.
China, que en 2015 superó a Estados Unidos como el país con el gasto más alto de compras por Internet, ahora suma 40% del comercio electrónico global.
El fenómeno tecnológico
El gigante de ventas al por menor Alibaba, fundado por el multimillonario Jack Ma, recientemente reportó un incremento de 61% en sus ganancias trimestrales (US$ 8.300 millones) principalmente debido a la popularidad de sus plataformas de ventas en Internet, Tmall y Taobao.
Los usuarios activos mensuales del retail en China aumentaron a 549 millones en septiembre, 20 millones más que tres meses antes, lo cual es una tasa impresionante de crecimiento.
Para 2020, el 60% de los jóvenes de 18 a 29 años del mundo vivirán en Asia y tendrán ingresos disponibles de US$ 6.000 millones, afirma la consultora Accenture. Es un número mucho más alto que el de cualquier generación previa.
Pero ¿por qué son tan entusiastas los jóvenes asiáticos con las compras en Internet y en qué gastan su dinero?
Está claro que este ha sido un fenómeno impulsado por la tecnología, con los teléfonos inteligentes como la principal innovación que ha cambiado la conducta de los consumidores.
Cerca de dos tercios de la población de jóvenes en Asia han comprado algo en Internet con su teléfono, dice Accenture.
“Compro muchos libros en Internet”, cuenta Theophi Kwek, de 22 años, quien recientemente terminó sus estudios universitarios en Oxford, Inglaterra, y ahora está haciendo el servicio nacional en el Ejército de Singapur.
Los libros del extranjero son más baratos que en Singapur, asegura. A menudo usa sitios británicos y afirma que la entrega “suele tomar un par de semanas como máximo”.
Innovación en Internet
Pero Yi Ying Ng de 27 años y fundadora de AllSome, un servicio de rastreo de paquetes, es parte de una tendencia ascendente para conectar otros mercados asiáticos con el motor de China.
El volumen de paquetes de China a Malasia pasó de aproximadamente un millón al año en 2012 a unos 73 millones en la actualidad, dice Ng.
Ella recoge productos de la ciudad sureña china de Shenzhen y los entrega a compradores en Internet en Singapur y Malasia, de donde es originaria. Planea expandirse el próximo año a Indonesia y luego a Tailandia.
Cuando comenzó su empresa hace cinco años, enviar un paquete desde China costaba entre US$ 15 a US$ 25 y demoraba entre 30 y 50 días. Ella encontró formas de reducir esto a US$ 5 y acortar el tiempo de entrega a tres días, asegura.
Pero, según explica, su verdadera innovación es ayudar a los pequeños comerciantes a vender a través de Facebook, Instagram y Snapchat. “Estamos tratando de ayudar a todos a convertirse en comerciantes, con un enfoque descentralizado”, dice.
Comercio social
La investigación de TMI Strategy sugiere que en todo el mundo, el 62% de los usuarios de comercio electrónico menores de 30 años realiza sus compras tomando en cuenta las recomendaciones de otros usuarios influyentes en Internet, ya sean amigos en las redes sociales o blogueros especializados.
Ng llama a esta modalidad “comercio social”. La mayoría de sus comerciantes tienen entre 24 y 28 años, y sus clientes tienen poco más de veinte años.
Pero mientras que China vende cada vez más por Internet al resto de Asia, los jóvenes de la creciente clase media urbana están comprando bienes y servicios desde lugares más lejanos.
Qiaoyun Zhang y Xiaochen Xu son padres de unos treinta años y viven en el próspero distrito de negocios y embajadas de Pekín llamado Chaoyang.
Recientemente comenzaron a utilizar una plataforma llamada VIPKid para comprar clases de inglés a maestros de América del Norte, para su hija de cuatro años, Lu-Ke.
“Mi esposo y yo rara vez usamos el inglés en nuestra vida diaria”, dice Zhang, “y tal vez nuestro inglés no es tan bueno, por eso no queremos enseñarles a nuestros niños a hablarlo”.
Las clases duran 25 minutos y su hija toma cuatro de ellas por semana en un iPad.
“Los docentes norteamericanos son muy pacientes en comparación con los docentes chinos”, dice Zhang.
Las empresas que quieran vender a este público asiático más joven, como el caso de Zhang, deberían darse cuenta de que la lealtad a las marcas ya no existe, dice Michael Talbot, cofundador de 3radical, una empresa de compromiso de marca que trabaja en el este de Asia. Su empresa proporcionó la tecnología a Smart Buddy de Singapur.
“Estos jóvenes no son desleales, solo están usando herramientas en un panorama muy competitivo. Es fundamentalmente diferente a tener una calle con un restaurante chino, uno indio y un par de bares”, dice.
Los esquemas de lealtad tienden a no funcionar en China, Vietnam y Tailandia, pero los juegos ligados a una marca e incorporando un elemento de suerte tienen un atractivo cultural allí, dice Talbot.
Entonces, ¿cómo comprarán los niños como Bosco Wong de 10 años en el futuro? ¿Usarán su voz para autenticar una compra quizás? ¿Tocarán el lado de sus gafas de realidad aumentada? ¿En vez de utilizar su reloj, tendrán un chip implantado?
Cualesquiera que sean las innovaciones tecnológicas, es probable que estos niños asiáticos estén a la vanguardia a medida que el comercio electrónico continúe arrasando en todo el mundo.