Llega a Chile scotter eléctrico Marca2Mobility
- Se trata de una alternativa entretenida, económica e ideal para proteger el medio ambiente y torcerle el brazo al problema del tráfico en las ciudades cada vez más colapsadas de automóviles. Los Angeles, San Francisco, Fort Lauderdale y Silicon Valley, son algunas de las localidades que están siendo invadidas por una oleada de scooter eléctricos.
- Por otro lado, Madrid prohíbe los scooters.
Santiago, Chile. 3 enero, 2019. Poco a poco, Chile está viviendo una silenciosa revolución en materia de transporte, siguiendo la misma tendencia que ya se instaló en Estados Unidos, donde este año ha visto un cambio en la vida de varias ciudades, gracias a la llegada de los scooter eléctricos.
Ya sea por la novedad, como por lo divertido que es conducir un e-scooter de estas características, la acogida entre los estadounidenses ha sido abrumadora. Tanto es así, que un número creciente de ciudades norteamericanas, y especialmente Los Angeles, están siendo invadidas por una oleada de scooter eléctricos al igual que lo que ocurre en San Francisco, Fort Lauderdale y Silicon Valley.
“El concepto es sencillo: Te subes en un scooter eléctrico, te transportas, paseas, diviertes y cuando terminas lo dejas prácticamente donde quieras”, comenta Germán Talavera, gerente de nuevos negocios de Marca2Mobility – representante en Chile de marcas de scooter, respecto al sharing de scooters en Chile. Lo que ha generado una alta demanda por el uso de este medio de transporte, dándole a conocer esta nueva solución.
Al analizar su popularidad Talavera explica: “Son económicos y te ayudan a llegar de un lugar a otro muy rápidamente. Son asequibles, no contaminas el aire con el monóxido de carbono y todo lo relacionado con la contaminación de los automóviles”.
En cuanto a su diseño, los e-scooters están compuestos por una plataforma, manubrios con vástago en T con acelerador, frenos de mano e incluso de talón, de dos o tres ruedas y algunos con suspensión delantera y trasera, la mayoría son plegables, y algunos modelos también incluyen un asiento, convirtiéndose en una forma de transporte completamente diferente.
En cuanto a la duración de la batería, varía según la marca y el modelo de e-scooter, pero normalmente tiene una autonomía de 12 a 20 km aprox., la mayoría ha sido testeado hasta 100 kg.
En materia de seguridad del conductor, es obligación el uso de un casco.
Uno de los scooter que mayor sensación ha causado en Chile, es el INMOTION L8F (Precio Normal $ 533.320), el que cuenta con conexión Bluetooth 4.0 para la App Inmotion, que controla su columna reflectiva Led RGB personalizable en más de 4.000 colores, velocidad regulable desde 1 km/hr a 30 km/hr, candado electrónico para bloquearlo, estadísticas de consumo, recorrido y mapas, entre otros. Tiene una autonomía declarada de 35 km, como siempre bajo condiciones óptimas como son; 70 kg del usuario, terreno plano y en buenas condiciones, temperatura exterior de 20° a 25°, velocidad constante de no más de 20 km/hr., entre otros.
Junto a ello, Marca2Mobility cuenta con una completa línea de kickscooter para niños y adultos que se van adaptando según la estatura y peso del usuario. Elaborados con materiales de la más alta calidad y una estructura reforzada, los scooters Globber son fáciles de usar y los modelos plegables, ocupan menos espacio en la casa y en el auto, haciendo más fácil, el poder llevarlo a cualquier lugar. Esta marca de origen francés, nos sorprende todos los años con nuevos modelos y colores. Está presente en más de 85 países y cada año gana entre 3 a 4 premios en ferias internacionales.
Scooters prohibidos en Madrid
Los usuarios de estos aparatos lamentan la normativa de la Municipalidad que prohíbe su circulación por la vereda y la carretera.
Los scooters eléctricos deberán abandonar veredas y muchas calzadas en la ciudad de Madrid. La Junta de Gobierno de la Municipalidad de Madrid aprobó hoy la ordenanza de movilidad sostenible que regulará, si el pleno municipal la ratifica a la vuelta del verano, los desplazamientos y el uso del espacio público de la capital española.
La nueva ordenanza elaborada por el Area de Medio Ambiente y Movilidad del consistorio madrileño tiene previsto relegar a uno de los gadgets del momento a parte de las infraestructuras ciclistas, las aceras bici y ciertas calzadas dependiendo de las características de la vía y del propio vehículo de movilidad urbana o personal.
Para la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal, estas nuevas normas harán “inviables” la mayoría de los trayectos que actualmente hacen los usuarios de este tipo de dispositivos. Así se manifestaron cuando se publicó el borrador en el que por primera vez se abordaba un vacío existente en las ordenanzas municipales.
Jorge Mesonero recorre todos los días unos 12 kilómetros hasta el trabajo. “Más doce de vuelta”, aclara. El punto de partida está en su domicilio de Carabanchel. La meta se sitúa “al lado del tanatorio de la M-30”, en el madrileño Barrio de la Concepción. No lo hace ni en auto ni en moto. Tampoco en transporte público o en bicicleta. “Me compré en agosto 2018 un scooter eléctrico. Voy a la oficina todos los días. Es mi principal forma de moverme desde entonces”, cuenta este administrativo. “Pero si las cosas no cambian voy a tener que dejarlo. Nos vamos a quedar sin sitios para circular”.
El problema reside en la nueva ordenanza de movilidad que prepara el consistorio madrileño y cuyo borrador fue presentado en febrero 2018. “Resumiendo, con el borrador presentado, la Municipalidad nos echa de la vereda y también de la carretera”, se queja Jorge. “Nos limitan a un puñado de calles muy secundarias. Básicamente nos dejan libres los parques y los carriles bici, sabiendo que son escasos. Es imposible moverse así. No tengo posibilidad de hacer el trayecto al trabajo con esas limitaciones sin llevarme una multa. Tendré que tomar mi auto y volver a contaminar”. Y no es el único. La medida afectará a miles de personas solo en la capital.
“Parece mucho pero no es tanto. Vamos a tener problemas para movernos con soltura”, explica Marce Castro, un vecino de 38 años de la zona centro que también escogió hace tiempo esta forma de circular por la ciudad. “Nosotros no podemos ir por un ciclocarril -el carril de la derecha donde cohabitan ciclistas con otros vehículos- como el de Gran Vía, por ponerte un ejemplo. Y eso es injusto, porque tenemos las mismas o más capacidades para circular que las bicis sin entorpecer el tráfico. El problema es que tampoco podemos ir por la vereda. No nos queda opción”, aclara. “Van a dejarlo como algo recreativo más que como un medio de transporte”.