Europa considera eliminar los billetes de 500 euros y encerrar a Bitcoin
- Visa: “No hay razón para rechazar la tarjeta, al comercio le cuesta más el efectivo”.
- La UE da un respiro a los bancos y aplaza a 2018 los nuevos controles.
Bruselas, Bélgica. 12 febrero, 2016. Si la idea es expropiar todo el dinero a los ciudadanos para que no puedan escapar del circuito bancario hay que cumplir dos condiciones básicas:
- Cocerlos poco a poco cómo a una rana subiendo paulatinamente la temperatura del agua para que no salten de la olla.
- Tener a mano alguna crisis que sirva cómo excusa para que voluntariamente se metan en la olla.
Si el fin último es meter a la gente en una política monetaria con tasas de interés negativas la única forma de no quebrar a la banca es creando una jaula monetaria y la única forma que tienen de crear una jaula monetaria es eliminando el dinero en efectivo y substituirlo por dinero digital.
La lista de países con NIRP (Negative Interest Rate Policy) actualmente está compuesta por: Japón, Suecia, Suiza y Dinamarca. Hoy son excepción, pero pronto según analistas otros países se verán obligados a utilizarla al ver que ZIRP (Zero Interest Rate Policy) ya no es suficiente para estimular la economía.
Terrorismo, excusa para eliminar los billetes de 500 euros y cerco al Bitcoin
Los ministros de ECOFIN (Economía y Finanzas de la Unión Europea) examinan este viernes si para cortar las fuentes de financiamiento del terrorismo sería necesario poner un tope máximo a los pagos en efectivo o prohibir el uso de los billetes de 500 euros, una posibilidad que ya examina el BCE (Banco Central Europeo), pero que países como Alemania ven con recelo.
“Existen riesgos de que los billetes grandes o las grandes cantidades de dinero en efectivo sean utilizados fácilmente para financiar el terrorismo. Vamos a pedir al BCE que lo estudie y nos presente propuestas”, dijo el ministro de Finanzas holandés y presidente de turno de la UE, Jeroen Dijsselbloem, a su llegada a la reunión del ECOFIN.
La reunión de ministros es la primera ocasión en la que los 28 miembros de la Unión Europea examinan el plan de acción diseñado por la Comisión Europea para cortar las fuentes de financiamiento del terrorismo en Europa, y que incluye medidas para reforzar el control de métodos anónimos de pago, como las tarjetas prepago y las bitcoins, así como ideas para estrechar el control sobre las cuentas.
Dijsselbloem confía en que el ECOFIN muestre su “respaldo político” al plan de Bruselas, ya que lo considera una “muy buena propuesta”, que una vez puesta en marcha mejorará el intercambio de información financiera entre las autoridades nacionales, acelerará la puesta en marcha de medidas ya acordadas y favorecerá la cooperación a los 28 contra el terrorismo.
El ministro holandés advirtió de que la propuesta del Ejecutivo comunitario “no va tan lejos” como para plantear prohibir la circulación de billetes de 500 euros, sino que emplaza al BCE a estudiar esta posibilidad. “Vamos a e ver qué opina el BCE”, indicó Dijsselbloem, para evitar valorar si considera que sería una medida adecuada y efectiva.
El comisario de Estabilidad Financiera y Servicios Financieros, Jonathan Hill, coincidió en que se trata de una cuestión que debe ser analizada por el BCE, pero aclaró que “obviamente se va a discutir” en la reunión de ministros.
A juicio de Hill, el veto a los billetes más grandes de euro debe ser analizado “con cautela”, ya que permite a los usuarios hacer grandes pagos o transferir importantes cantidades de dinero sin dejar rastro en el sistema financiero.
Entre los defensores de la medida, el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, alertó de que el dinero en efectivo es “la primera forma de financiamiento” del terrorismo y reclamó medidas para frenarlo.
“En Francia, el billete de 500 euros se utiliza más para disimular que para comprar, para disimular transacciones que no son honestas (…). Es normal, por tanto, que nos planteemos preguntas sobre su uso”, indicó Sapin.
Con todo, el ministro francés dijo entender que existan “dudas” a la medida en otros países “acostumbrados” al uso de dinero en efectivo para realizar grandes pagos, en referencia, sin nombrarlos, a países como Alemania. Pero recalcó la necesidad de contar con la misma legislación a escala comunitaria, para evitar que los terroristas se aprovechen de los vacíos legales.
Otro de los ministros que se manifestaron al respecto a su llegada al ECOFIN fue el luxemburgués, Pierre Gramegna, para quien es “obvio” que los grandes pagos en efectivo son utilizados por terroristas y corruptos para no dejar rastro en sus operaciones. “Todos estamos de acuerdo en combatir el terrorismo y la corrupción”, zanjó, al ser preguntado por si apoya la prohibición de los 500 euros.
¿Y en Grecia?
Seguro que el terrorismo, narco traficantes, delincuentes y corruptos tienen una particular predilección por los billetes de 500 euros pero también son una de las mejores herramientas que tienen los ciudadanos para poder defender sus ahorros ante un corralito bancario o una política monetaria represiva que defina las tasas de interés en negativo.
Basta con preguntarle a los Griegos que en 2015 retiraron de los bancos unos 20.000 millones de euros para simplemente guardarlos debajo del colchón. El mayor uso de los billetes de 500 euros no fue realizado por terroristas sino por ciudadanos que no confiaban en un sistema bancario que se estaba derrumbando.
Eliminar los billete de 500 un primer paso de gigante
Tomar la decisión de eliminar los billetes de € 500 ya un primer paso hacia la instauración de la jaula monetaria y es un paso mucho más grande de lo que parece. De la noche a la mañana se sacarían de circulación € 307.000 millones de dinero en efectivo, o lo que es más se elimina cerca del 30% del valor en efectivo en billetes de euro. El dinero digital estará a un paso más cerca y la jaula monetaria se hará un poco más real.
“Creemos que sería muy importante explorar la posibilidad de retirar los billetes de 500 euros”, aseguró el ministro español de Economía y Competitividad en funciones, Luis de Guindos.
“Los efectos beneficiosos desde el punto de vista de la lucha contra el blanqueo de capitales, entre otros aspectos, serían muy positivos”, subrayó, a la vez que añadió que sus “inconvenientes superan a sus teóricas ventajas”.
De Guindos dijo que el dinero tiene tres funciones, entre ellas ser un medio de pago, y que el billete de 500 euros no la cumple y que su retirada no tendría ningún impacto en la actividad económica normal.
La decisión, no obstante, corresponde al BCE y no a los países o a Bruselas, por lo que el ECOFIN pidió formalmente hoy a la Comisión Europea que aborde la cuestión con la entidad monetaria de la eurozona, teniendo en cuenta los informes de Europol que vinculan a los billetes con actividades ilegales.
La idea es obtener unas conclusiones al respecto para el 1 de mayo, a mas tardar.
Las sabias palabras de Benjamín Franklin resuenan cada vez con mayor fuerza: “Aquellos que entregan su libertad a cambio de seguridad no tendrán, y no merecen ninguna de las dos”.
El efectivo es más caro
El mundo de los medios de pago es un volcán donde gigantes tecnológicos desean un negocio histórico de la banca, pese a sufrir márgenes ya mínimos por las severas imposiciones regulatorias. Nicolas Huss, 52, CEO de Visa Europa reconoce que la carga normativa amenaza la viabilidad del viejo modelo, pero, ve oportunidades claras en quitarle terreno al efectivo convirtiendo en tarjeta el smartphone, un anillo o hasta el dedo del cliente.
En 2015 priorizó construir la autopista para el pago con móvil con el que aspira a penetrar en transacciones de bajos precios: la tecnología contactless -ejecuta el abono con solo acercar la tarjeta al lector-, y donde alberga altas expectativas en España: “Hay más terminales contactless que en EE.UU. -700.000-, lo que representa un tercio de las tarjetas y el apetito por las novedades tecnológicas hace que sea un país clave. “La meta es que permita pagar el café, el pan, el transporte público, es decir todo”.
“La evolución hacia menos efectivo está en marcha en muchos países. En algunos de los nórdicos aspiran al cashless society -sociedad sin efectivo-. Y vemos con el contactless que, una vez que la gente se acostumbra casi no usa el efectivo. En Reino Unido, donde solo se paga el 43% en efectivo, yo vivo semanas sin recurrir a él. En España hay varias cosas muy positivas: la infraestructuras y el interés por la tecnología, pero también la decisión del Gobierno de limitar el efectivo“.
En España las operaciones a partir de 2.500 euros son electrónicas y es un límite para combatir la economía sumergida. En otros países es mucho más bajo. En Francia es de 1.000 euros, hay países con 1.500 euros. En Dinamarca limitan el efectivo en comercios y algunos países de Asia dan incentivos fiscales.
Hay países donde el uso de las tarjetas lo promociona el Gobierno y otros donde decide el cliente. Cuando se integra el pago con tarjeta a la vida de la gente se convierte en hábito. Un ejemplo: cuando el transporte público de Londres -el que más personas transporta en el mundo-, decidió no aceptar efectivo, el uso de tarjeta superó el 20% en meses, nivel que se esperaba dos años después. Cuando se utiliza una app para pedir un taxi, comprar tickets del cine o tickets de avión desaparece el acto de presentar la tarjeta. Y para el comercio, la compra online va comiendo cada vez más a la física.
Para el comercio su problema hoy es ofrecer más valor y una de las maneras más fáciles es el integrar el pago en la estrategia comercial. Hay muchas cosas que se pueden hacer diferente. Un par de ejemplos: -Nuss despliega vídeos en su tablet- Estas personas recolectan fondos para la gente que está en la calle. Puedes donar unas libras con solo acercar la tarjeta y es supercómodo, rápido y superseguro porque casi no tiene niveles de fraude. Es el pago del mañana y se hará utilizando cosas diferentes: pulseras, anillos, incluso las venas de nuestro dedo, que son únicas. No es ficción.
Huss, explica orgulloso, “con Henry Holland, uno de los diseñadores más conocidos del Reino Unido, hemos hecho anillos para clientes VIP. Si extrapolas esto al mañana podemos casi prever que la famosa fila de tu tienda desaparecerá porque ya puedes entrar, escoger lo que quieres, pagar y salir de la tienda sin pasar por caja”.
Sin embargo, en España un tercio de los comercios rechaza la tarjeta. Ante esta realidad Huss se ve sorprendido, “no sé cual será la razón para no aceptarla. El costo ya no puede ser la razón. Con los tasas de intercambio que tenemos en España cuesta más dinero manejar el efectivo -manipularlo, perder tiempo en la fila, evitar el robo, la seguridad del transporte o custodiarlo-. El pago electrónico es más económico, superseguro, sencillo y más rápido, y será cuestión de tiempo para que cambien los comportamientos”.
La UE da un respiro a los bancos y aplaza a 2018 los nuevos controles
La directiva y el reglamento sobre los mercados de instrumentos financieros (MIFID II, en la jerga europea) se aprobaron en mayo de 2014, como respuesta a la debacle bancaria desatada en 2008. Pero la UE concedió ya un período excepcionalmente largo, de 30 meses, para la entrada en vigor de las nuevas normas en atención, según Bruselas, a su enorme complejidad.
El plazo para la adaptación expiraba a finales de este año, pero el comisario europeo de Servicios Financieros, Jonathan Hill, propuso una prórroga de 12 meses, hasta el 1 de enero de 2018, para dar tiempo a la banca y los servicios de inversión “a que se preparen adecuadamente y hagan los cambios necesarios en sus sistemas”.
La aplicación de la MIFID II, según los cálculos de la UE, requerirá una inversión inicial de hasta 732 millones de euros por parte la banca y un gasto anual para cumplir con sus requisitos de hasta 586 millones de euros.
La nueva norma, según Bruselas, pretende sentar las bases de un mercado financiero “más seguro, más saludable, más transparente y más responsable”. Para lograrlo, la MIFID II cierra ciertas escapatorias legales y obliga a que la inmensa mayoría de las transacciones financieras deban hacerse a través de plataformas reguladas. Por primera vez, también se establecen normas de transparencia en la negociación de bonos y derivados. Y se otorgan más poderes de supervisión a las autoridades nacionales y europeas (la ESMA, con sede en París).