“Estudiantes al pizarrón”
Santiago, Chile. 22 agosto, 2016. Aún las empresas más exitosas deben buscar constantemente introducir nuevos productos al mercado, más bonitos, mejores y más baratos. Si no lo hacen corren el riesgo de caer rápidamente en el olvido y la irrelevancia como le pasó a BlackBerry y Nokia.
El economista Joseph Schumpeter, bautizó este proceso mediante el cual nuevas empresas y nuevos productos son capaces de reemplazar hasta las empresas más famosas y los productos más amados, como “destrucción creativa”. Las nuevas ideas, y los empresarios innovadores son capaces de destruir el valor de las empresas y empresarios que se quedan dormidos.
Quienes aseveran que la economía de mercado es un sistema creado para privilegiar a los ricos o a los apitutados, probablemente nunca han leído ni escuchado hablar de Schumpeter o del proceso de destrucción creativa.
La idea de Schumpeter de que nuevas empresas desplazan a las incumbentes, tiene implícito el supuesto de que los recursos en nuestro mundo son escasos. Ahora bien, como el tiempo es escaso, las personas tratan de utilizarlo de la mejor forma posible para hacerlo cundir. Esto lleva a que la gente se especialice en hacer las cosas para las que tiene más talento y preparación. El médico se dedica a ser médico y el futbolista a pegarle a la pelota. No tienen tiempo para plantar y cosechar los tomates que se quieren comer en la ensalada del almuerzo. Por lo tanto, los tienen que comprar al agricultor que decidió dedicarse a plantar tomates. “Voilà” tenemos un mercado. De hecho, cabe preguntarse: ¿qué parte de todo esto es una maquinación para favorecer a los ricos y apitutados?
Mi predicción es que la aparición del movimiento “No+AFP” será la mejor clase de economía que le podemos dar a los dirigentes del mundo estudiantil. Ambos grupos tendrán que competir por quién lleva más gente a la calle, por quién logra más cobertura de los medios, por quién obtiene más atención del parlamento, pero sobre todo quién logra una tajada más grande de los escasísimos recursos con que hoy cuenta el erario fiscal. Los dirigentes estudiantiles tendrán que hacer lo mismo que hacemos todos los que trabajamos día a día enfrentados a la competencia de otros que hacen lo mismo que nosotros, pero mejor. ¿Aumentarán el presupuesto de marketing para difundir sus actividades? ¿Contratarán buses para reducir el costo de ir a las marchas? ¿Repartirán Hot Dogs y pondrán música para hacerla más entretenida? También existe la posibilidad de que se sienten a conversar con los dirigentes del movimiento “No+AFP” para ponerse de acuerdo en no contratar buses ni regalar comida y para dividirse los recursos fiscales disponibles. Pero no creo que eso sea posible, porque será un acto de colusión pura y dura que ciertamente está reñido con las prácticas de un mercado competitivo. Será interesante ver qué ocurre en este mercado.