El desafío de la productividad
Santiago, Chile. 20 marzo, 2017. De acuerdo al último estudio de la consultora internacional KPMG, Chile ha descendido en el ranking internacional respecto de productividad potencial Variables para un Comercio Sostenido (VSG) en el cual, aunque sigue liderando América Latina, pasó del puesto 31 en 2015 al 34 en 2016, siendo sobrepasado por Uruguay y México, que se encuentran en los lugares 39 y 69, respectivamente.
Así, mientras otros países, como Portugal, avanzan más de siete puntos en el mismo período, en Chile la productividad se ve mermada, según el informe, principalmente, por el precario capital humano existente en el país y el estancamiento de la infraestructura, específicamente, en lo que se refiere a educación, medios de transporte, tecnología y servicios.
De esta manera se vuelve urgente continuar incentivando e impulsando el buen uso de las tecnologías de la información y comunicaciones, TIC. Esto, porque si se quiere optimizar la productividad y para ello es necesario mejorar los factores antes señalados, las TIC son la clave para hacerlo. De ellas, y su aplicación, depende en gran medida la posibilidad de tener, tanto a nivel público como privado, procesos que permitan transparencia, inmediatez, flexibilidad, ahorro de costos y, en definitiva, una mejor gestión.
Hoy, existe una infinidad de tecnologías que no solo pueden mejorar la calidad de vida de las personas, sino también optimizar la productividad de manera transversal, en diversas industrias, áreas y negocios; tecnologías como la realidad virtual, la inteligencia artificial y sobre todo el gran potencial que aún tiene Internet como motor de conectividad.
Por lo tanto, para enfrentar de manera exitosa el desafío de la productividad es indispensable poner las TIC como eje central para la toma de decisiones. El Estado, al respecto, debiera dar el ejemplo, y aunque en ciertas dependencias lo ha hecho, todavía se puede más; las grandes empresas, en su mayoría, van a la vanguardia en esa materia; y las PYMEs tratan de seguirlas, pero solas, muchas veces, no pueden hacerlo. Entonces, el reto es cómo se aprovecha esa enorme oportunidad que representan las TIC para crecer, avanzar, innovar y, por supuesto, mejorar la productividad.