“¿Crucero, estanflación o despegue?”
Por Gonzalo Sanhueza, socio y director Econsult RS Capital.
Santiago, Chile. 16 noviembre, 2015. Durante esta época del año, ya todos empiezan a pensar en el año siguiente. Así, durante mis presentaciones, se vuelven cada vez más frecuentes preguntas respecto de cuáles son los escenarios económicos que estamos viendo para 2016, especialmente en el caso de los directorios en que me toca participar. Sin embargo, este año el interés parece haberse acrecentando, y lamentablemente el pesimismo parece haberse instalado. Y es que nuestros empresarios sienten que siguen habiendo demasiados temas sin zanjar, lo que dificulta su empoderamiento y la toma de decisiones.
En el plano interno, les preocupan la reforma laboral, las modificaciones a la reforma tributaria, y diversas legislaciones sectoriales que sólo aumentan los niveles de incertidumbre. En el escenario externo, en tanto, les sigue preocupando el empobrecimiento del país respecto de sus expectativas, con un precio del cobre por debajo de los costos de producción, y un crecimiento proyectado para el mediano plazo significativamente más bajo que antes. Lo que más pareciera alarmarles, no obstante, es el diagnóstico de una parte de nuestra clase política, que no estaría visualizando este cambio de escenario, y todavía creería posible seguir avanzando en el cumplimiento de objetivos que hoy día resultan inalcanzables.
En este contexto, les explico que visualizo tres escenarios posibles para 2016. Los denomino “Crucero”, “Estanflación” y “Despegue”. En el escenario “Crucero” seguimos creciendo al ritmo actual, digamos en torno al 2% anual; en el escenario “Estanflación” no crecemos, y en el escenario “Despegue” alcanzamos los niveles de crecimiento proyectados por el Banco Central, cercanos al 3% anual. Entre los principales factores externos que definirán en cuál escenario nos movemos se encuentran el nivel de crecimiento de la economía mundial, el precio del cobre y el riesgo de la economía brasileña; mientras que en el frente interno, los principales factores son la confianza empresarial, el impulso fiscal y la evolución de las exportaciones no mineras.
En mi opinión, lo más probable es que sigamos creciendo a una velocidad “Crucero”, en que el menor impulso fiscal y la disminución de la inversión minera serán compensados por una mayor inversión privada y por la recuperación de las exportaciones no cobre. Sin embargo, en el último mes ha aumentado la probabilidad del escenario de estanflación, con las expectativas de crecimiento del mundo ajustadas a la baja tanto por el Fondo Monetario Internacional, como por la OCDE y los analistas privados, el precio del cobre bajando, llegando cerca de los dos dólares la libra, bajo el costo de producción de muchas de las mineras en Chile, y los riesgos de que Brasil pierda su grado de inversión aumentando. Por el lado de los factores internos, en tanto, las noticias no son mejores. La confianza empresarial volvió a bajar en octubre, las exportaciones no cobre siguieron mostrando caídas, y el impulso fiscal será menor que el de este año para comenzar a cuadrar las cuentas fiscales.
Así las cosas, los empresarios concluyen que hay que seguir esperando antes de embarcarse en nuevas inversiones. Desafortunadamente, mientras ellos hacen eso, sigue aumentando la probabilidad del escenario más negativo, y la economía empieza a entrar en un peligroso círculo vicioso que pareciera llevarnos en una sola dirección: la Estanflación…